A principios de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) nos alertaba sobre el aumento que tuvieron los casos de depresión en la última década: casi un 20% más de casos. Pero lo más alarmante de la noticia fue que las cifras convertían a la depresión en la mayor causa de discapacidad del mundo, afectando a alrededor de 300 millones de personas.
A pesar de su constante aumento, la depresión ha sido una enfermedad subestimada en los últimos años. Es por ello, que el último Simposio Internacional de Neurociencias de la Fundación Ineco, ha puesto el eje en esta problemática denominándola una “epidemia contemporánea”.
«La depresión suele ser un tema subestimado. Muchos aún consideran que no es una enfermedad sino solo un tema de debilidad cuya solución es ´ponerse las pilas´, pero necesita del esfuerzo de los profesionales y de la familia para lograr que el paciente salga a flote», manifestó Marcelo Cetkovich-Bakmas, coordinador académico del Simposio y jefe del Departamento de Psiquiatría de Ineco.
El experto advirtió además que «se trata de una epidemia mundial que está en aumento y que a su vez incrementa las probabilidades de sufrir otras enfermedades, por ejemplo, duplica el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, y aumenta la carga de todas las enfermedades neurológicas».
¿Es el suicidio una consecuencia inherente de la depresión?
El Doctor Leonardo Tondo, del McLean Hospital–Harvard Medical School, explica que «entre un 6% y un 15% de los pacientes con depresión tienen comportamientos suicidas». Es decir, no necesariamente una persona con depresión llega al suicidio, pero éste es su mayor riesgo. Por eso es necesario detectar la depresión a tiempo.
Entonces, ¿qué es la depresión?
Según la definición de la OMS, se trata de un trastorno mental en el que el afectado muestra «una tristeza permanente y una pérdida de interés por las actividades que la gente suele disfrutar, acompañadas por la incapacidad de llevar a cabo tareas diarias durante dos semanas o más».
¿Por qué alarmarnos?
Porque en nuestro país, cada 40 segundos fallece una persona a causa del suicidio. Las cifras demuestran que actualmente fallecen más personas por suicidio –alrededor de 800 mil al año– que por homicidio, y las principales víctimas son jóvenes y adolescentes.
“En ningún caso hay que banalizar el intento suicida, ya que el 20% de las personas que lo intenta una vez, vuelve a realizarlo al cabo de un año y el 50%, luego de cinco», explicó el doctor Horacio Vommaro, médico psiquiatra y Director de Psiquiatría y Salud Mental de INEBA.
¿Cómo identificamos a una persona depresiva?
Algunos indicadores son:
– retracción de los vínculos sociales
– aislamiento
– irritabilidad con los más cercanos, como familiares y amigos
– alteraciones en el ciclo del sueño
– anhedonia o pérdida del deseo
– reiteradas alusiones a la muerte
– sentimientos de angustia y desesperanza
Una vez identificada la depresión, la conciencia de la enfermedad, la fe religiosa, el apoyo familiar, estar a cargo de niños pequeños y el acceso a la asistencia médica mental, son factores que pueden proteger a una persona de un posible suicidio.
Lic. Yuliana Rolón