La economía circular es un paradigma que busca modificar la forma en que producimos y consumimos. Frente a la economía lineal de extracción, producción, consumo y desperdicio, la economía circular alienta un flujo constante, una solución virtuosa, en la que los residuos puedan ser utilizados como recursos para reingresar al sistema productivo. De esta manera, reducimos nuestros desechos y extraemos menos bienes naturales del planeta.
En Argentina se genera un promedio de 45.000 toneladas diarias de residuos sólidos urbanos, lo que equivale a una tonelada de basura cada dos segundos. Esto tiene un impacto negativo en el ambiente. Los rellenos sanitarios utilizados en centros urbanos para la disposición de los residuos domiciliarios son grandes fuentes de gases de efecto invernadero (GEI), principalmente metano, un gas 21 veces más reactivo que el CO2 en relación al cambio climático.
En ese marco, en agosto pasado, la Legislatura misionera sancionó la Ley de Economía Circular “que contribuirá a la protección de un ambiente sano, limpio, libre de residuos y sustancias tóxicas o contaminantes”.
El proyecto fue una iniciativa del legislador Julio Barreto y “contribuirá a la protección de un medio ambiente sano, limpio, libre de residuos y sustancias tóxicas o contaminantes en beneficio y para la prosperidad de todos los ciudadanos de la provincia de Misiones”, explicó en los fundamentos de la iniciativa.
El funcionario señaló que este tipo de medidas no se dan por ser “una moda” sino que es una “necesidad que estamos viviendo”.
El diputado expresó “que la economía circular se caracteriza por la reincorporación de los residuos al ciclo de producción, previa reparación o reciclaje, generándose de esta manera nuevos productos que retornan al mercado, y permiten satisfacer necesidades de los consumidores a menor costo ambiental, ya que a su vez esa producción conlleva a menor desperdicio de materiales, de consumo de energía, y a su vez, favorece al crecimiento económico”.
La Economía circular es definida como la estrategia que tiene por objetivo reducir la entrada de los materiales vírgenes como la producción de desechos, cerrando los flujos económicos y ecológicos de los recursos. Los principios incorporados son cuatro: la preservación de los recursos de la tierra; la utilización del uso de los recursos mediante la prevención en el uso de materia y energía; la protección de los recursos naturales, mediante la desmaterialización de la economía valorando la máxima eficiencia global en la toma de decisiones; y el desarrollo de la eficacia en el sistema social y económico revelando las externalidades que se generan en el conjunto de actuaciones humanas.
¿Qué podemos hacer desde nuestras casas?
Separá: Diferenciá y separá los residuos que pueden reciclarse (como cartón, plástico o vidrio) de aquellos que no se pueden recuperar.
Reducí, rechazá, reutilizá, repará, reciclá: Modificando pequeños hábitos cotidianos podemos generar un impacto ambiental positivo.
Compostá: El compostaje permite reutilizar los residuos orgánicos reduciendo aún más el volumen de desechos que producimos diariamente.