Esta noche, dentro del ciclo de cine de la red de salas Iaavim, presentamos Te extraño.
La película introduce, en la revisión de los años ’70 en la Argentina, un interlocutor hasta ahora ausente: el hermano menor. Esto es, el hermano menor del hombre de acción, del héroe, del desaparecido. La película de Hofman incorpora esa figura por partida doble, desde el lugar de protagonista, pero también del de narrador, en tanto la suya es una ficción desembozadamente autobiográfica.
Lo que le da un interés inédito es que se trata de la primera ocasión en que el punto de vista no es el de un ex militante, ni siquiera el de su hijo, sino el de lo que en la época se llamaba, despectivamente, perejil: el simpatizante que no militaba, sino que la veía un poco de afuera. Podría decirse, extrapolando, que Te extraño representa la primera ocasión en que un perejil –figura culposa, si las hay– sale del armario y dice: “Soy”.