Guardamariana misionero en altamar

Nacido en la ciudad de Puerto Rico, Leandro Loch egresó el año pasado de la Escuela Naval Militar luego del Viaje de Instrucción por el mundo. Hoy se encuentra en su primer destino naval en el buque logístico ARA “Patagonia”, lejos de su tierra misionera.

Su primer contacto con la Armada fue en Ushuaia, de Misiones su familia se trasladó a Tierra del Fuego cuando él tenía apenas un año. “Mi papá trabajaba en YPF y hacía el movimiento de combustible desde la planta de la empresa hasta el puerto; mi conocimiento de la Institución comenzó cuando lo acompañaba a mi papá y veía algún buque de la Armada, así conocí al rompehielos ARA ‘Almirante Irizar’ y a la fragata ARA ‘Libertad’ de chico”, introdujo Leandro Loch.
 
Contó que aunque vivió mucho tiempo en Tierra del Fuego es y se siente misionero. Sus papás son oriundos de Misiones, provincia en la que él nació en 1994 y a la que retornó cuando tenía 10 años. Su única hermana menor es fueguina.
 
“Yo terminé la primaria en Misiones y continué la secundaria en un colegio técnico en el que tuve mucha química y aprendí sobre el proceso productivo industrial de la región”, explicó el Guardiamarina. Nada en común con las Fuerzas Armadas, aunque de chico ya habían captado su atención.
 
Luego, sus padres volvieron al sur, a Río Grande, donde se encuentran sus abuelos y tíos maternos. “Los padres de mi papá y mis tíos paternos quedaron en Misiones; por eso conozco las dos provincias, viviría en ambos lugares; pero si me preguntan, yo soy misionero”, enfatizó sobre su origen.
 
Cursando el último año de escuela secundaria en la Técnica N° 10 «Dr. Luis Federico Leloir», Leandro empezó a averiguar en las facultades de Oberá para estudiar Ingeniería Electromecánica, pero una visita inesperada lo hizo cambiar de visión. “Una mañana fue al colegio un Suboficial de la Armada de la Delegación de Misiones a dar una charla informativa y contarnos con videos y folletos qué se hacía en la Armada. Me compró enseguida”, sonrió.
 
Lo que más le interesó fueron los aviones; “mis padres me hablaron de la exigencia de entrar en la Marina pero yo insistí en que quería ingresar y lo hice en el 2012”, agregó. En noviembre del año pasado egresó como Guardiamarina, al finalizar el Viaje de Instrucción a bordo del buque escuela fragata ARA “Libertad”.
 
“Aún no tengo especialidad, pero quiero seguir mi carrera en la Aviación Naval; mi meta es ser un piloto de exploración”, adelantó. “Hice vuelos comerciales pero aún no tengo la experiencia militar; estoy realmente ansioso de que suceda pronto”, destacó el joven de 23 años recién cumplidos.
 
Habló de su Viaje de Instrucción, del que destacó que conoció Foxford, el pueblo irlandés donde nació el Almirante Guillermo Brown, padre de la Armada Argentina. “Es importante para un marino el conocimiento de la cultura en general, además de estar en contacto con distintas Armadas de todo el mundo; España, Italia y Francia tienen muchas tradiciones marineras en común con las nuestras y, en algún punto, se cruzan y asemejan. Verlo y vivirlo es grato”, rescató.
 
A bordo del logístico de la Armada
 
Luego del Viaje de Instrucción, el logístico ARA “Patagonia” es su primer destino naval. Desde diciembre del año pasado se encuentra trabajando en los Departamentos Operaciones -como Jefe de una División- y Navegación, como ayudante del Jefe de ese Departamento.
 
“En navegación estoy abocado a las tareas de actualización de cartas náuticas, planificación de derrotas (viajes) y señales, que sirven para comunicarnos con otros buques; la División Kilo es administrativa y me encargo del personal”, amplió. Esas son básicamente sus funciones, además de ser ayudante de guardia en el puente de comando.
 
El logístico “Patagonia” es un buque diseñado para sostener operaciones prolongadas en el mar y recientemente, se sumó a las tareas de búsqueda y rescate (SAR) del buque mercante «Stellar Daisy» cumpliendo con la misión de reabastecer a la corbeta ARA “Guerrico” en altamar en operaciones de apoyo llevadas a cabo por la Armada Argentina en el área de responsabilidad SAR de Uruguay.
 
De esta manera, Leandro Loch define a la Armada, en esencia, como “el trabajo en equipo; si algo no funciona, no se navega; todos cumplen un papel importante cada uno en su puesto. El deber de hacer bien el trabajo es lo que hace que funcione”, indicó el joven misionero.
 
Leandro fue el único de su familia que decidió seguir una carrera militar motivado por sus ganas de ser piloto pero también por la aventura que se vive en el mar, “conocer y navegar lo que uno nunca vio es una experiencia muy linda”, aseguró.
 
Puerto Rico, indeleble en sus recuerdos
 
Leandro contó que su ciudad es la cabecera de Libertador General San Martín, dentro de la región de Las Flores. “Puerto Rico es tranquilo, tiene grandes plazas, pocos habitantes y su gran característica es que todo es serranía que nace arriba sobre la ruta 12 y se extiende a la vera del río”, relató con entusiasmo.
 
Describió la costanera y el cruce del Paraná; y su cercanía con Paraguay. “Extraño la comida, el tereré, la forma en que las personas se relacionan… los jóvenes charlamos mucho con gente de otras generaciones; no sé, será por el calor que las personas se relacionan más y salen más a la vereda a charlar; las personas son cálidas como el clima en mi ciudad”, dijo con orgullo misionero.
 
En Puerto Rico (Misiones), Leandro fue músico trompetista en la Banda de Música municipal. “Sigo tocando la trompeta pero no como antes, extraño a los amigos de la banda porque con la música se comparten muchas cosas”, subrayó. Hoy dedica tiempo a su carrera, a sus compañeros y a su novia de Quilmes de hace 3 años.
 
Todo lo lleva a su ciudad y Puerto Rico también lo encuentra a él cuando menos lo imagina; como la vez que se cruzó con dos de sus coterráneos acá en la Armada. Y aunque Leandro extraña mucho su ciudad no deja de alentar a los jóvenes misioneros a conocer la Institución, “muchos chicos la conocen por el Liceo Naval Militar ‘Almirante Storni’ que se encuentra en Posadas; es una linda carrera, sacrificada, pero con muchas satisfacciones y recompensas tanto en la aventura como en el conocimiento”.
 
“Servir a la Patria es entregarlo todo, significa sacrificar libertades propias y cuestiones personales por el bien de otros. Es difícil explicarlo en palabras… es dejar de lado lo personal para defender la Nación”, enfatizó.
 
A más de 1800 kilómetros de distancia de su Puerto Rico natal y sus amigos, lejos de sus padres y hermana –quien hoy se encuentra en Córdoba estudiando Medicina– Leandro comienza a forjar un futuro en la Armada Argentina y saluda a los suyos desde la Base Naval Puerto Belgrano, al sur de provincia de Buenos Aires donde tiene su apostadero el “Patagonia”. 

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