¿Qué pasaría si la muerte fuese simplemente una opción? ¿Sólo los ricos podrían acceder a la inmortalidad? ¿Dejaría de ser la muerte la gran niveladora social? Estas son algunas de las preguntas que despiertan los estudios transhumanistas que dicen estar cada vez más cerca de la vida eterna.
Google, Apple, IBM y Microsoft son algunas de las empresas que hace años invierten millones para conseguir las primeras patentes de productos que detengan el envejecimiento o inclusive la muerte. Es más, en las últimas elecciones presidenciales norteamericanas, se presentó por primera vez el Partido Transhumanista, cuyo candidato Zoltan Istvan recorrió el país prometiendo hacer inmortales a los norteamericanos.
Algunos de los avances que nos dan indicio de que estamos cerca de “la muerte de la muerte” son:
- Fundación Alcor para la extensión de la vida: Es el centro de criogenización más importante del mundo. Su nombre tiene origen en una estrella distante, denominada “alcor”, símbolo de la visión infinita de la resurrección de los muertos.
¿Qué es la criogenización? Es un sistema que se encarga de congelar en nitrógeno líquido a personas muertas con la promesa de descongelarlos y revivirlas una vez se haya encontrado la manera de curar la enfermedad que los llevó al ocaso. En la actualidad se estima que hay alrededor de 300 personas congeladas esperando su resurrección.
- CRISPR: Es un sistema de manipulación del ADN capaz de reconocer y eliminar los virus que puedan afectar al ser humano. Todavía no se conocen todas las potencialidades de este nuevo descubrimiento, pero se especula de que pueda llegar a proteger a los embriones de enfermedades hereditarias o incluso hacerlos más inteligentes.
En la actualidad, China es uno de los países que está experimentando este avance en embriones humanos, y aunque los resultados de tales pruebas aún se mantienen en privado, desde la comunidad científica se afirma que CRISPR abrió la puerta a experimentos que no podrían haber soñado hace sólo 10 años atrás.
- Mind Clones: Es un prototipo de cabeza robótica inteligente capaz de mantener una conversación a tiempo real y recopilar datos de la conducta de su interlocutor. Las expectativas del invento aspiran a que un día los humanos puedan ser capaces de ‘verter’ su ‘yo’ en tal máquina creando una réplica mental de sí mismos.
Martine Rothblatt, su creadora, afirma: «Creo que los ‘clones mentales’ serán la mayor invención de la humanidad. (…) En definitiva, al igual que todos queremos tener un Smartphone y una cuenta en las redes sociales, todos querremos tener nuestro ‘clon mental’. Éste hará que todo en nuestra vida sea más útil y valioso. Nos proporcionará el doble de tiempo para hacer cualquier cosa».
Rothblatt ha creado este clon mental a imagen y semejanza de su esposa, Bina, de la cual afirma ha adquirido «varias de sus características espirituales» a la vez que «reconoce la voz de sus amigos y familiares y tiene sentimientos hacia ellos» gracias a un código digital que sintetiza las características de la conciencia de la misma. «Bina jamás morirá. Quizá enterremos a la de carne y hueso, pero jamás al robot«, afirma.