“La droga y el alcohol vienen a marcar fisuras donde no hay un Estado o familia presente, esto va más allá de las clases sociales”, marcó Aguirre

En Página 16 Radio, la ex secretaria de Prevención de Adicciones de la provincia y actual diputada por el Frente Renovador, Mariela Aguirre habló sobre el trabajo legislativo, el panorama político y social ante las próximas elecciones nacionales. Especialista en el tema sustancias ilegales y adicciones informó sobre la situación que se vive en la provincia y los programas que se emplean para luchar contra este flagelo que afecta a muchas personas.

-¿Está más tranquila después de las Sesiones Legislativas?

Tranquila en cuanto a la agenda parlamentaria y las actividades parlamentarias que justamente culminaron el jueves pero igual seguimos y más ahora que estamos en campaña y seguimos realizando las actividades parlamentarias. La campaña también es permanente y este año por las tres campañas que tuvimos se compacto un poco más la agenda parlamentaria que hizo que sea mucho más apremiante los tiempos todavía, sobre todo en el tratamiento de las leyes.

-¿Cómo ves a la gente hoy en día?

La veo un poco cansada, no los noto expectantes en cuanto a los resultados, pero sí que apuestan a un cambio y a querer renovar otra vez la confianza pero que están agotados también de la política, ya sea por las intensas campañas que se realizaron u otra cosa. No lo veo como en otros años, con esa misma expectativa, esa misma conexión. Yo creo que ese agotamiento también tienen que ver con un malestar que se percibe acerca de lo que la gente está viviendo y de querer nuevas propuestas y de apostar a lo que en su momento se creyó, que era lo que iba a cambiar y no nos olvidemos que en todo lo que es política, el tema económico-financiero de un gobierno define los destinos no solamente de las políticas públicas sino también del humor de la gente, de como se quiera proyectar en su vida, en su bienestar porque la economía nos atraviesa en todo.

-¿Hay un correlato entre los índices de desempleo y la pobreza con las adicciones?

Si, hay un correlato en cuanto a los factores de riesgo. En una sociedad, estas situaciones de  desempleo, las cuestiones habitacionales que hay, el tema de la incertidumbre, la falta de oportunidades o de trabajo, deserción escolar, todo esto tiene que ver con un terreno abonado donde justamente tanto el trafico como el consumo de drogas vengan a dar respuestas o a fisurar lo que estamos viviendo como sociedad y este es el papel que cumple la droga en una sociedad por eso es que es algo que nunca se va a terminar aunque si se puede disminuir con las políticas de narcotráfico y de prevención  y asistencia que se puede aplicar en un Gobierno pero lamentablemente creo que no vamos a encontrar una respuesta inmediata.

-¿Qué piensa de las palabras de Kicillof asociando la pobreza con las drogas y la venta de las mismas?

Es que se vive eso, porque lastimosamente si hay algo que está detrás de las drogas es el negocio y la manera fácil que tienen de acceder. Es una sinergia que hace que los que entran queden entrampados y produce “salida laboral” en forma rápida e inmediata. Por eso en los documentos que firmaron en la ONU hace dos años en connivencia con 137 países establecía no solo medidas represivas contra el narcotráfico sino que también contra los activos.

-¿Tiene esto que ver con la legalización?

El tema de la legalización va por otro curso, si bien es cierto que hay que reconocer que vamos en camino por las leyes que están presentando. Tenemos el ejemplo de Uruguay que ha legalizado hace como tres años y sin embargo en los resultados no ha disminuido para nada el consumo, el problema sigue estando y aumenta.

-¿Se legisla sobre el consumo?

En realidad no está prohibido el consumo, lo que está prohibido es la tenencia. La legalización no necesariamente implicaría la disminución de los inicios de consumo. En primer lugar yo creo que como país y como estructura sanitaria nos falta muchísimo para poder reforzar un colchón sanitario en caso de que se legalice el consumo y esto quiere decir que las personas libremente pueden consumir y no serán intervenidas desde la ley. En primer lugar digo sanitaria porque como es un problema de salud publica y se está hablando no de cualquier drogan hablamos de la marihuana o sea, la legalización no es en todas las drogas y eso implicaría conocer también que es una droga adictiva, que tiene psicoactivos, que produce una adicción y que si o si tiene consecuencias. Implicaría también un aumento de las adicciones y por eso es necesario una estructura sanitaria para poder contener y tratar o asistir a través de una política también preventiva para que aquellos que nunca consumieron sean reforzados para poder elegir.

-¿Esto supone una responsabilidad más para el Estado? ¿Qué se necesita para poder realizar la contención?

Por supuesto que sí, la responsabilidad es del estado y lo que necesitamos son centros que puedan realizar tratamientos y considerar que hay una ley, que es la ley de salud mental, donde justamente donde la ley pone el derecho del paciente sobre la voluntad, o sea, respeta la voluntad del paciente de decidir si quiere empezar o no un tratamiento o tener una internación. Desde el vamos es una patología donde ya el que está bajo los efectos del consumo o de adicción tiene también problemas alterados de la conducta y conciencia y por lo tanto no reconoce que tiene una enfermedad y por eso no va a acceder al tratamiento. Esto quiere decir que el que es adicto o está consumiendo (qué no es lo mismo) no le interesa o es la última persona en pedir tratamiento, generalmente es el entorno entonces hay que considerar que aumenta el nivel de adicciones y trae un montón de consecuencias, sobre todo en el caso de los jóvenes por ejemplo problemas neuronales.

-¿Cree usted que las adicciones no distinguen clase social?

Es cierto, atacan a cualquier clase, rico o pobre. No importa el sector de la sociedad o edad de la persona. La droga circula en todos los estratos sociales y lastimosamente en todas las edades y como siempre decimos van bajando los niveles en el índice de consumo. El problema es que no nos hace ruido y no nos preocupa ver a la gente consumiendo o bebiendo. Vivimos en un mundo muy intenso y muy desvinculado, se nos hace difícil disociar entre lo que está bien y lo que está mal porque no todos tienen la capacidad de discernimiento y autorregular ese límite.

-¿Hasta dónde puede llegar el estado?

Pues para ser honesta en el país no hay mucha campaña importante de prevención por parte del Estado, por algo también por cierta desinformación hay mucho contenido erróneo sobre la marihuana, la legalización, la legalidad del cultivo y todo eso van tomando cada vez más cuerpo porque con esto también hay una desinformación, todos hablan de la legalización de la marihuana o del aceite de Cannabis pero en realidad lo que se legalizó es un medicamento con prescripción médica, para uso medicinal y para un grupo de patología y es importante remarcar que está en estudio y que si bien hay una ley, esa ley está configurada dentro de un proyecto de investigación que va a ser llevado a cabo por el Estado pero sobre ese determinado uso. Muchas veces la desinformación lleva a riesgos y el Estado tiene una parte fundamental pero yo creo que el riesgo permanente somos nosotros mismos porque no queremos cumplir ciertas normas o convivir con ciertas transgresiones y tomarlas como normales, por ejemplo en cuanto a las drogas en cuanto a las estadísticas la principal droga que causa estragos es el alcohol que este año el consumo se ha triplicado en las encuestas que realizó el Sedronar en el país y sin embargo tenemos leyes que prohíben el consumo de alcohol en menores sin embargo hay alguien que les está vendiendo, alguien que les está distribuyendo, adultos y padres que les están facilitando entonces no somos conscientes del daño y del estrago que estamos haciendo.

-¿De alguna manera hay que discutir los aspectos culturales?

Exacto, yo entiendo que todo llega por una curiosidad, una cosa de experimentar y una presión tal vez de los pares y esto es hasta comprensible pero también hay un adulto y una familia atrás que debe monitorear y seguir lo que pasa. Hoy yo veo que los padres en las casas ocupan el lugar del mismo “dealer” porque proveen de alcohol a sus hijos siendo que no pueden tomar pero no por una arbitrariedad de una ley que se les ocurrió es porque justamente hay un organismo que no está preparado, sigue en evolución y el alcohol produce consecuencias  a esa edad. La droga y el alcohol vienen a marcar fisuras donde no hay un Estado o una familia presentes y esto va más allá de las clases sociales

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