Que sí, que no. Que es una fecha «extranjera». Que el día de los novios es 20 de septiembre. Que es muy cursi. Y así. Argumentos en contra de San Valentín, el Día de los Enamorados, hay de sobra. También a favor, claro. Lo cierto es que, de un tiempo a esta parte, los argentinos se dejaron llevar e hicieron suya la celebración.
Según un informe del sitio de descuentos online Picodi, el 78% de los argentinos reconoce que festeja la fecha junto a su pareja, mientras que el 22% rechaza de plano cualquier forma de celebración.
A la hora de hacer regalos, la Argentina está a mitad de tabla en ranking de gastos de 32 países analizados, pero por encima de los demás países de la región. El gasto promedio es de USD 70, lejos de los USD 185 que gasta en Hong Kong y también de los USD 30 de los filipinos, los últimos del ránking. Si se pasa la cifra a pesos y se analiza por sexo, los varones locales gastan unos $1.400, mientras que las chicas desembolsan $1.157.
¿Qué se regala? Si bien el imaginario podría indicar que hay alguna disparidad entre lo que se regala y las expectativas de la pareja, suele haber bastante coincidencia. El 38% de los varones elige agasajar con una cena en un restaurante. Después, bombones (29%), una salida al cine o al teatro (27%), una escapada (19%) y perfumes (17%). ¿Qué esperan ellas? Cenas (43%), ropa (38%), perfumes (34%) y teatro y escapadas (30%).
Ellas regalan ropa (28%), cenas y perfumes (25%), alguna manualidad (19%) y salidas al cine o teatro (17%). Lo que ellos quieren es: cenas (45%), salidas (28%), ropa (28%), escapadas (28%) y dispositivos electrónicos (25%). «Pasar tiempo con la pareja es en Argentina el regalo ideal», resume Picodi.
Si el fin de semana largo no fue suficiente y hay que salir a comprar un regalo de último momento, conviene olvidarse del peluche. Parece un clásico que resuelve todo y deja muy bien parado a quien regala. Nada que ver: a casi nadie parecen gustarles los peluches. El 25% de los hombres y el 30% de las mujeres los odian. Sin embargo, según la encuesta, hay dos cosas que se consideran los «peores regalos» de San Valentín. Las mujeres no quieren saber nada con los juguetes sexuales, al menos en esta fecha, y los varones prefieren que las flores se queden el la florería.
