De sangre política y militar, Mario Abdo Benítez, Marito para los amigos, de 46 años, es el Presidente electo más joven de Paraguay quien tomo el timón del país sudamericano el pasado 15 de agosto, derrotando al centroderechista Efraín Alegre, del Partido Liberal Radical Auténtico. Con el ascenso de Mario Abdo Benitez como nuevo Presidente de la República del Paraguay, el ala más política y tradicional del Partido Colorado vuelve al poder con una agenda marcadamente conservadora en lo ideológico.
Aunque se espera que continúen las políticas de apertura económica y crecimiento sostenido, el gobierno perderá el corte tecnocráctico que le dio Horacio Cartes. Uno de los principales ejes de campaña de Abdo Benítez, ha sido el de reformar el sistema judicial, sobre el cual hay consenso de que no es independiente.
Reseña biográfica
El nuevo presidente del Paraguay nació en la capital Asunción, el 10 de noviembre de 1971 y es hijo de Mario Abdo Benítez, ex-secretario privado de Alfredo Stroessner, el dictador paraguayo que gobernó desde el 15 de agosto de 1954 hasta el 3 de febrero de 1989 y de Ruth “Manon” Benítez Perrier, sobrina del militar stronista Rodolfo Perrier, quien fue uno de los principales implicados en crímenes de lesa humanidad.
Mario Abdo Benitez, inició su formación académica, en el Colegio San Andrés, periodo (1976-1989) GED Test USA (1989) donde culminó su primaria y secundaria. Sus estudios universitarios los realizó en Teikyo Post University, Connecticut, USA (1995) obteniendo el título de Licenciado en Marketing. En el año 1989 recibió formación de la Fuerzas Armadas de la Nación obteniendo el título de Sub-Teniente de Aviación de Reserva y a su vez fue nombrado por parte del Comando de Aeronáutica, Paracaidista Militar.
Sus primeros pasos en la política fueron en el año 2005 como integrante del movimiento “Reconstrucción Nacional Republicana”. Luego perteneció al movimiento “Paz y Progreso” y logró la vicepresidencia del Partido Colorado por un largo tiempo. Con 24 votos a favor, de colorados y opositores, la Cámara de Senadores eligió a Mario Abdo Benítez como presidente del cuerpo legislativo. Allí surgió la figura de quien hoy conocemos como “Marito” defendiendo su compromiso y motivación para realzar y fortalecer la educación, la salud, la seguridad y el trabajo en el país.
En el sector privado también ha ejecutado de forma responsable, comprometida y exitosa una serie de actividades. En el periodo 1997-2012 fue presidente del Directorio de la empresa de Almacenamiento y Distribución de Asfaltos S.A. “Aldia S.A”, donde realizó transporte Nacional e Internacional con Flota Propia desde Brasil y Argentina cumpliendo las responsabilidades de: planeamiento estratégico, financiero y auditoría; desarrollo e implementación del Plan Estratégico, presupuesto anual; planificación, control de facturación, Importaciones y Ventas, Control de cuentas a Cobrar y a Pagar.
Campaña y perfil
Dueño de una gran fortuna, heredada de su padre y ampliada aún más gracias a dos empresas constructoras que trabajan con el Estado, Marito ha reivindicado al stronismo, pero no su política de terror y expresa que él tenía 15 años cuando se desata el final de Stroessner y no hacía política ni militancia en ese tiempo, sin embargo rescata las políticas que generaron un impacto positivo, lo que no significa reivindicar a la persona del ex dictador.
En las primarias presidenciales del Partido Colorado en diciembre de 2017 venció al ex ministro de Hacienda Santiago Peña -candidato del presidente saliente Horacio Cartes- con el 51% de los votos.
Ya en campaña, y necesitado del apoyo de todo el Partido Colorado, Marito firmó la paz con Cartes, una decisión que puede espantar a los sectores que lo veían como el hombre de la renovación. En cualquier caso, sus promesas de campaña no salen de las tradiciones de una agrupación conservadora, forjada en el horno de la derecha. Marito ha dicho que mantendrá sin cambios el modelo económico, que ha dado a Paraguay casi una década de crecimiento ininterrumpido, y que luchará contra la corrupción endémica que asola al país. También se mostró fiel a las tradiciones paraguayas más conservadoras. «Yo creo que en los principios bíblicos, el Génesis y yo creo en la familia», dijo más de una vez, y advirtió que vetará cualquier intento de promover el matrimonio igualitario o legalizar el aborto.
El domingo 22 de abril de 2018 Mario Abdo Benítez se transformó en el nuevo presidente de la República del Paraguay al vencer a Efraín Alegre con el 46% de los votos en un país donde no hay segunda vuelta.
Horacio Cartes deja un país en plena expansión económica, pero con un peso pesado sobre los hombros de Benítez: la pobreza. Según la estatal Dirección de Estadísticas y Censo, en el país sudamericano, de siete millones de habitantes, casi una de cada tres personas vive en la pobreza o en la extrema pobreza. Sin embargo, la corrupción no ayuda a paliar la pobreza y una de las banderas de campaña de Benítez fue reformar el Poder Judicial, manchado de acusaciones de corrupción contra varios jueces, de manipular expedientes y de retrasar procesos a su conveniencia, según la Associated Press (AP).
Su postura con respecto a las Relaciones Internacionales y a las Políticas de Integración plasmadas en su discurso de asunción presidencial
El nuevo presidente sostuvo con respecto a los emprendimientos energéticos binacionales que estos deben llevarse a cabo respetando siempre el derecho soberano de cada uno de los Estados, generando beneficios justos para todos, que la soberanía energética debe ser una visión estratégica, su uso debe desarrollar nuestra economía, fortalecer el mercado interno y el avance hacia una sociedad industrializada y productiva, expresando que no quieren nada que no sea suyo, pero lo que les corresponde lo van a defender.
Agradeció la presencia y el acompañamiento de los jefes de Estado y delegaciones diplomáticas expresando la hospitalidad y el compromiso de Paraguay para llevar adelante la integración de los países. Paraguay, dijo, será un protagonista activo en la construcción de una verdadera integración regional, van a promover la complementariedad de las economías, fortalecer la conectividad para mejorar así la competitividad de cada integrante de la región. Enfatizo en que la integración de nuestros pueblos es el único camino y que ya no hay fronteras para los procesos de integración, las fronteras se deben construir con respeto a las autonomías de cada país pero basadas en los intereses comunes y que es necesario ser consientes de que los procesos de integración no han avanzado cuando se ha priorizado la ideología, y ese es el ejemplo que se está atravesando hoy en UNASUR. Aclaró que debemos convocarnos al dialogo sincero, y si no hay frontera para la integración tampoco debe haber fronteras para ser solidarios con los pueblos que sufren violaciones graves y sistemáticas a sus derechos humanos.
Del mismo modo, se manifestó solidario con el pueblo de Venezuela y de Nicaragua haciendo ahínco en que las voces libertarias de nuestros pueblos no callaran. Sostuvo que Paraguay no va a mantenerse indiferente ante el sufrimiento de pueblos hermanos, que es hora de dejar de lado la hipocresía y levantar la voz ante esta injusticia y que nuestros pueblos merecen vivir en paz y sin ninguna forma de violencia. Aseguró que la inseguridad, el tráfico de drogas y el crimen organizado transnacional siguen siendo flagelos en Paraguay y en la región y lo que mejor se ha globalizado en el mundo es el crimen organizado.
Por último, expresó que van a trabajar incansablemente con los países aliados para combatir con firmeza el crimen en todas sus formas, ya que no es aceptable que nuestras fronteras sigan siendo espacios para el florecimiento de organizaciones criminales, “…este presidente no les va a dar tregua y solamente tenemos un compromiso con nuestro pueblo: no descansar hasta que los secuestrados vuelvan a sus casas con sus familias y trabajar para dar seguridad a todos los habitantes del Paraguay…”.
Si bien uno de sus principales retos del nuevo presidente paraguayo es limpiar la imagen de su pasado, también necesitara limpiar la imagen de algunos de sus ministros, los cuales, en el pasado, han sido protagonistas de situaciones un tanto incomodas y controversiales.
Este gobernante simpatizante de la ultraderecha paraguaya, sostiene que su política de gobierno con respecto a los temas regionales e internacionales es de gran apertura sosteniendo la activa participación de Paraguay en las cuestiones de integración regional y el protagonismo que este país pretende adquirir en temas de agenda internacional.
Lic. María Emilia Cardozo
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