Internos del Correccional de Menores realizaron actividades vinculadas a la Semana Santa

En el marco de las actividades relacionadas a Semana Santa, la comunidad terapéutica que funciona en la Unidad Penal IV “Instituto Correccional de Menores Varones” dependiente del Servicio Penitenciario Provincial, organizó talleres de arte (pintura) y pastelería que estuvo dirigido a los internos alojados en dicha sede penitenciaria.

En ese sentido la Prof. Alicia Estela Peruchi, integrante de la “Comisión de Prevención de la Tortura y otros tratos y penas crueles, inhumanos o degradantes”  fue la encargada de  dirigir, enseñar y orientar a los internos, para realizar trabajos de dibujo y pintura vinculadas al Vía Crucis, que sirvió para despertarles el interés sobre la temática y por las artes plásticas, oportunidad en que  pudo apreciarse la voluntad y creatividad de los mismos.

Paralelamente, la maestra pastelera y panadera Myriam Servín, dictó un  taller de pastelería, oportunidad en que enseñó a elaborar huevos de pascuas artesanales que estuvieron a cargo de los internos para consumo propio.

En ese marco, la pastoral carcelaria  junto a la comunidad terapéutica  -integrada  por la agente  Romina Samaniego y el Subadjutor Cristian Sáez  Matto- y  la activa participación del Padre Héctor Weller,  orientaron a los internos para representar –en el interior del penal –  un “Vía  Crucis” que sirvió para recorrer espiritualmente el camino que hizo Jesús hasta el monte Calvario mientras cargaba la Cruz. El mismo estuvo compuesto por las 14 estaciones en la que los internos se detuvieron a meditar cada una de los episodios de la Pasión y Muerte de Cristo. Posteriormente, el Padre Weller aprovechó para explicarles  sobre el sufrimiento y los horrores que experimentó el Señor antes de la Crucifixión.

Sobre el final, los internos reflexionaron sobre la enriquecedora experiencia de lo aprendido en los talleres  y también  lo  relacionado a la celebración de Semana Santa que, cada año, realiza la comunidad cristiana. El cierre estuvo reservado a una serie de cantos litúrgicos que realizaron los internos bajo el acompañamiento musical de los responsables de la comunidad terapéutica.

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